domingo, 7 de agosto de 2011

El verdadero día de reposo.

Isaías. 58:13-14.

Si retrajeres del día de reposo tu pie de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares, delicia, santo, glorioso de Jehová, y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová y Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.

En este versículo es notable como Dios nos deja ¨marcas¨ ¨señas¨ de su triunidad. En la biblia el número tres denota la triunidad de Dios. En estos versículos, Jehová le muestra al pueblo de Israel de qué manera debía apreciar el día de reposo y luego hace una promesa maravillosa.

En estos dos versículos hay tres juegos de tres palabras cada uno:

Si retrajeres del día de reposo tu pie de hacer tu voluntad en mi día santo y lo llamares…
(Aquí encontramos el primer juego de tres).
1.-Delicia.

2.- Santo.

3.- Glorioso de Jehová.

Estos tres atributos son propios de nuestro Señor Jesús.

Dios deseaba que Su pueblo se deleitara en Su día de reposo, que lo santifique y que sea un día glorioso para ellos. Solo el Señor Jesús puede hacer que, a través de Su espíritu en nosotros, lleguemos a deleitarnos en Dios. Si disfrutamos al Señor, El será para nosotros una delicia, algo santo, y un hombre glorioso de Jehová.

El siguiente juego de tres dice:
…y lo venerares:

1.- No andando en tus propios caminos.

2.- Ni buscando tu voluntad.

3.- Ni hablando tus propias palabras.

Aquí Dios muestra la manera en la que El deseaba que los hijos de Israel practiquen el día de reposo. Tanto para los israelitas como para nosotros, es imposible cumplir a cabalidad estas tres demandas. Tarde o temprano nos vemos envueltos en nuestras propias metas, en nuestra voluntad, y hablando nuestras propias palabras. La única manera de practicar el día sábado es según la manera neotestamentaria que nos fue explicada por el Señor a través del apóstol Pablo cuando dijo: Ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí. Solo el Señor en nosotros puede practicar el día sábado porque Él es el Señor del sábado. Solo el hijo de Dios puede, a través de Su espíritu, hacernos cesar de toda obra, hacernos olvidar de nuestras metas, cambiar nuestro lenguaje y hacer que renunciemos a nuestra voluntad. Cuando andamos en el Espíritu estamos cumpliendo el día sábado.

El último juego de tres, implica una promesa triuna:

…entonces…

1.- Te deleitarás en Jehová.

2.- Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra.

3.- Y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre.

En esta promesa vemos al Dios triuno como un galardón para aquel que permanezca en Cristo hasta el final. El primer galardón es el Padre, como nuestro deleite.

EL segundo, subir sobre las alturas de la tierra, representa la resurrección de Cristo en calidad de Espíritu vivificante. Cristo en Su resurrección subió a las alturas de la tierra para ser glorificado por el Padre.

Por último, comer la heredad de Jacob, es comer al Hijo, a Cristo, como cordero para nuestra salvación y como nuestra herencia en el día de nuestra glorificación.

Entonces en esta promesa esta el Dios triuno completo como un premio para aquellos que guarden el día de reposo, o sea para aquellos que permanezcan en Cristo. El Padre como nuestro deleite, el Hijo como nuestra comida y el Espíritu como nuestro poder de resurrección.

Cuando contactamos al Señor en nuestro espíritu, cuando le disfrutamos y cuando andamos en El, automáticamente guardamos el día de reposo.

Cristo es el Señor.

M.A.G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario