Me dejaron a Mí, fuente de agua viva...
El pueblo de Israel cometió dos males muy grandes: abandonó al Señor como su fuente de agua, y cavaron cisternas rotas. (Jer. 2:13).
Dios quería ser para ellos una fuente de satisfacción y deleite. Dios quería saciar la sed de su pueblo. El no solo quería que ellos lo estimen como un Dios a quien adorar, algo santo para venerar y postrarse, sino que Jehová buscaba que su pueblo bebiera de Él.
En otro versículo leemos: A todos los sedientos: Venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid comprad y comed. Venid y comprad sin dinero vino y leche. Isaías 55:1.
Dios hace un llamado a todos los sedientos a venir a beber de El. Este llamado es el mismo que hizo el Señor en Juan 7:37. Si alguno tiene sed venga a Mí y beba… Tanto en el antiguo como en el nuevo testamento, Dios nos llama a que nos volvamos a El para beberle y disfrutarle.
En el versículo de Isaías está la palabra: Comprad.
Venid comprad y comed, venid y comprad sin dinero…
Una compra conlleva en sí un intercambio. Damos algo de nosotros, a cambio de otra cosa. Toda compra requiere que nosotros demos algo, sacrifiquemos algo para conseguir eso que queremos.
Pero en este versículo Dios dice: comprad sin dinero…¿cómo se puede comprar sin dinero? Dios quiere que nos volvamos a El para que hagamos un intercambio, una compra, un negocio…pero sin dinero. Las aguas que nos quiere dar nuestro Dios son de un valor incalculable, entonces, cómo compramos esas aguas?
El mismo versículo lo responde: Venid. Para disfrutar de nuestro Dios como las aguas, es necesario que acudamos a Él. Cada vez que invocamos Su nombre, cada vez que decimos: ¨Señor me entrego a Ti, haz Tu voluntad¨, allí ocurre un intercambio. Obtenemos más de Él, a cambio de nosotros. Nuestro ser va disminuyendo, somos vaciados para que Él nos llene. El nos da sus aguas, a cambio de nuestra sequedad.
El punto aquí es volverse al Señor. En Isaías el Padre nos dice: A todos los sedientos: Venid, en el nuevo testamento, el Padre en el Hijo, nos dice de nuevo: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. (Juan 7:37).
El precio para comprar estas aguas, es volvernos a Él.
En Cristo: M.A.G.
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