El centro de la realidad en el universo es Dios mismo, y la expresión de Dios es la palabra; todos los elementos de Dios se hallan en Su palabra.
Si Dios no hubiera hablado nada, hubiera sido imposible que el universo hubiera llegado a existir, por lo tanto nuestra existencia depende del hablar de Dios. Ser salvos y recibir la vida eterna son hechos que dependen enteramente del hablar de Dios. Dios se ha revelado a Sí mismo en Su hablar; Dios es el Dios revelado porque El se ha revelado a Sí mismo al hablar.
Dios es la Palabra como la fuente única. ¨En el principio era el verbo…y el verbo era Dios¨(Jn.1:1). ¿Alguna vez se ha dado cuenta de que la maravilla mas grande en el universo es la Palabra de Dios? La creación, la redención, la regeneración, la santificación, y la transformación se llevan a cabo por medio de la Palabra. Si Dios se hubiera quedado callado, es decir, si no existiera la Palabra, no hubiera sido posible que la creación llegara a existir. Cuando Dios habló, todos los componentes de la creación llegaron a existir.
Por otro lado, en la deidad, Cristo es la Palabra. Cristo, como la Palabra, define, explica y expresa a Dios, por lo tanto, Cristo como la Palabra, es la definición, explicación y expresión de Dios. Esta palabra, es de hecho, Dios mismo, no Dios escondido, oculto y misterioso, sino, Dios definido, explicado y expresado. El verbo se encarnó como hombre, y ese hombre, Jesucristo, era la Palabra de Dios, el hablar de Dios.
El Verbo, la Palabra de Dios, es Dios mismo, puesto que Dios y la Palabra son uno solo, siempre que nos acerquemos a la Biblia como la Palabra de Dios, debemos acercarnos a Dios.
Tomado de: ¨The secret of experiencing Christ¨ de Witness Lee. (Pag. 106,107).
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