Por lo tanto el versículo dice en hebreo: De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, edificó una mujer.
Aquí vemos a Dios edificando a la primera mujer. Dios tomó un elemento de Adán (una costilla) para formar a Eva. Según este cuadro, la única persona en el universo que estaba edificando algo, era Dios. Adán estaba dormido, el no pudo darle sugerencias a Dios, o mirar que es lo que estaba haciendo con su costilla. Así que la única obra de edificación en Génesis fue llevada a cabo por el mismo Dios.
Por causa de la caída de Adán y Eva, Dios tuvo que enviar a Su Hijo para morir en la cruz por nosotros. Allí en la cruz, Jesús como el postrer Adán, cayó en un sueño profundo (la muerte). Dios usó la lanza de un soldado romano para abrir el costado de este segundo Adán. Pero como era imposible romper una de Sus costillas, ya que la profecía de la escritura decía claramente que no podía ser roto ningún hueso suyo, de Su costado brotó sangre y agua. Con estos dos elementos de Cristo, fuimos regenerados. La sangre de Cristo nos limpió de nuestros pecados, y el agua que salió de Cristo, nos regeneró y nos hizo nacer de nuevo. Fuimos renacidos por el elemento de Cristo, la sangre de Cristo y el agua de la Palabra. No son dos elementos, sino uno, porque aunque era sangre y agua, solo fue abierto un costado de Cristo y no dos.
En el momento de la resurrección de Cristo, Dios dio inicio a una segunda obra creadora. Cristo como nueva creación, está ahora en nuestro espíritu creciendo y siendo formado, edificado en nosotros. La Iglesia, la ¨postrer Eva¨como el Cuerpo de Cristo, es edificada, con el mismo elemento de Cristo, Su Persona, porque la Iglesia es nada menos que Cristo en nosotros. Este elemento debe llegar a todas las partes del Cuerpo. Cristo debe expandirse en nosotros para luego expandirse en los hermanos y así todos puedan disfrutar de esta Persona maravillosa.
Y así como pasó en Génesis, lo mismo se está llevando a cabo en este tiempo, ya que la única obra que Dios está haciendo en el universo, es la de edificar una novia para Su Hijo. Solo que hoy, Dios no está realizando esta obra solo, pues nos tiene a nosotros, los miembros de Su Cuerpo.
Pablo no predicaba sermones con sus epístolas, sino que impartía a los creyentes al Cristo vivo que estaba dentro de él. La Iglesia se edifica de Cristo mismo, Cristo en nosotros como nuestra vida y nuestro suministro de vida. Todos tenemos parte en esta obra de edificación. El apóstol Pablo decía que el que profetiza edifica a la Iglesia y que todos debemos ser perfeccionados para participar de la obra del ministerio que es la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la medida, estatura y la plenitud del Señor.
Amen.
En Cristo
M.A.G.
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