miércoles, 22 de junio de 2011

Isaías en el Espíritu.

El profeta Isaías tuvo el privilegio de ver a Cristo, sentado en un trono alto y sublime. A este profeta le fue revelado en aquella visión al Cristo glorificado, el Cristo que hoy mora en nosotros. Este es un aspecto del Señor que podemos ver en dicho libro. Pero debemos notar que Isaías no solo vio la divinidad de Jesús, sino que en otros pasajes nos muestra simultáneamente tanto Su divinidad como Su humanidad.

1:18. Venid luego dice Jehová, y estemos a cuenta: Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Nuestros pecados fueron emblanquecidos como la nieve y como la lana. La nieve cae del cielo y la lana la obtenemos de las ovejas, las cuales crecen y se desarrollan en la tierra. Aquí vemos tanto la divinidad como la humanidad del Señor implícitos en este versículo. El Señor como nuestra oveja, (en Su humanidad) creció y vivió en la tierra. Su muerte y resurrección nos proveyeron de Su lana celestial para cubrir y emblanquecer nuestros pecados. Como nuestra nieve, (en Su divinidad) bajó desde el cielo para darnos Su vida, las riquezas de su vida y así ser nuestro disfrute y satisfacción. Para ser limpios de nuestros pecados, necesitamos la divinidad y la humanidad del Señor.

29:23. Porque verá a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarán mi nombre y santificarán al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel.

Al final de este versículo pareciera que está hablando de dos seres divinos: el Santo de Jacob y el Dios de Israel. Pero en realidad se refiere a la misma persona. Cuando dice: el Santo de Jacob, se refiere al Señor Jesús en su humanidad, y el Dios de Israel, denota su divinidad. No son dos dioses, es un solo Dios. Jesús en Su humanidad es el Santo de Jacob, y en Su divinidad es el Dios de Israel.

51:1 Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.

La piedra es Cristo en su humanidad y la cantera denota su divinidad. Es la misma piedra que mató a Goliat y que destruyó la estatua que vio Nabucodonosor en sus sueños. Es la misma piedra que rechazaron los edificadores. La que hoy es cabeza del ángulo de la casa de Dios. La cantera, es el Padre como la fuente de donde provino esta piedra. Cristo salió del Padre, pero a la vez estaba en el Padre. Nunca estuvieron separados. Por lo tanto, en este versículo, Cristo es tanto la piedra como la cantera.

53:2a Subirá cual renuevo delante de El y como raíz de tierra seca…

El renuevo es Cristo, subiendo hacia el Padre en Su glorificación y la raíz de tierra seca es Cristo, en Su humillación como hombre en la tierra. En este versículo Isaías nos muestra a Jehová de una manera orgánica. Dios como una planta que deja brotar un renuevo delante de Él y Jesús como la raíz del mismo árbol, pero creciendo en una tierra seca, árida, lo cual denota los sufrimientos y aflicciones por las que tuvo que pasar nuestro Señor.

11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí y un vástago retoñará de sus raíces.

Aquí vemos, una vez más, el aspecto divino-orgánico de Cristo como la vara que sale del tronco, hacia arriba, (celestial) y Su aspecto humano como el vástago que retoña en las raíces, abajo (terrenal).

No son dos figuras diferentes, son los dos lados de una misma planta. (El tronco y las raíces). No solo Jehová en el A.T. se mostró como un árbol. Cristo (Jehová en el N.T.) les dijo a sus discípulos que El era la vid verdadera y que ellos eran los pámpanos, (ver Juan 15:5 y Lucas 23:31). Así como Dios envió a Jesús a la tierra como un retoño-vástago, así Jesús nos ha enviado a nosotros, sus ¨renuevos¨ o pámpanos, a predicar Sus buenas nuevas y a expresarle como Su Iglesia, Su Cuerpo-Vid, en esta tierra.

Amén.

En Cristo: M.A.G.

miércoles, 15 de junio de 2011

Creación y edificación.

En Génesis podemos ver la obra de la creación de Dios, pero no todos hemos advertido Su obra de edificación. Los primeros versículos de Génesis nos relatan cómo creó Dios el mundo y de cómo sopló aliento de vida en el hombre. Ahora, en génesis 2:22. dice la Biblia que de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre hizo una mujer. En el idioma en el que fue escrito Génesis, el hebreo, la palabra que se usa para decir ¨hizo¨ es¨edificó¨.

Por lo tanto el versículo dice en hebreo: De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, edificó una mujer.


Aquí vemos a Dios edificando a la primera mujer. Dios tomó un elemento de Adán (una costilla) para formar a Eva. Según este cuadro, la única persona en el universo que estaba edificando algo, era Dios. Adán estaba dormido, el no pudo darle sugerencias a Dios, o mirar que es lo que estaba haciendo con su costilla. Así que la única obra de edificación en Génesis fue llevada a cabo por el mismo Dios.


Por causa de la caída de Adán y Eva, Dios tuvo que enviar a Su Hijo para morir en la cruz por nosotros. Allí en la cruz, Jesús como el postrer Adán, cayó en un sueño profundo (la muerte). Dios usó la lanza de un soldado romano para abrir el costado de este segundo Adán. Pero como era imposible romper una de Sus costillas, ya que la profecía de la escritura decía claramente que no podía ser roto ningún hueso suyo, de Su costado brotó sangre y agua. Con estos dos elementos de Cristo, fuimos regenerados. La sangre de Cristo nos limpió de nuestros pecados, y el agua que salió de Cristo, nos regeneró y nos hizo nacer de nuevo. Fuimos renacidos por el elemento de Cristo, la sangre de Cristo y el agua de la Palabra. No son dos elementos, sino uno, porque aunque era sangre y agua, solo fue abierto un costado de Cristo y no dos.


En el momento de la resurrección de Cristo, Dios dio inicio a una segunda obra creadora. Cristo como nueva creación, está ahora en nuestro espíritu creciendo y siendo formado, edificado en nosotros. La Iglesia, la ¨postrer Eva¨como el Cuerpo de Cristo, es edificada, con el mismo elemento de Cristo, Su Persona, porque la Iglesia es nada menos que Cristo en nosotros. Este elemento debe llegar a todas las partes del Cuerpo. Cristo debe expandirse en nosotros para luego expandirse en los hermanos y así todos puedan disfrutar de esta Persona maravillosa.


Y así como pasó en Génesis, lo mismo se está llevando a cabo en este tiempo, ya que la única obra que Dios está haciendo en el universo, es la de edificar una novia para Su Hijo. Solo que hoy, Dios no está realizando esta obra solo, pues nos tiene a nosotros, los miembros de Su Cuerpo.


Pablo no predicaba sermones con sus epístolas, sino que impartía a los creyentes al Cristo vivo que estaba dentro de él. La Iglesia se edifica de Cristo mismo, Cristo en nosotros como nuestra vida y nuestro suministro de vida. Todos tenemos parte en esta obra de edificación. El apóstol Pablo decía que el que profetiza edifica a la Iglesia y que todos debemos ser perfeccionados para participar de la obra del ministerio que es la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la medida, estatura y la plenitud del Señor.



Amen.


En Cristo


M.A.G.


domingo, 12 de junio de 2011

Así también esta escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente, el postrer Adán, Espíritu vivificante. 1Cor.15:45.

Por medio de la creación, Adán fue hecho alma viviente con un cuerpo anímico, o sea, del alma. Por medio de la resurrección Cristo se hizo Espíritu vivificante con un cuerpo espiritual. Adán como alma viviente es natural; Cristo como Espíritu vivificante está en resurrección. Primero, en la encarnación El se hizo carne para la redención (Jn. 1:14, 29) luego, en resurrección se hizo el Espíritu vivificante para impartir vida (Jn.10:10b).

Por medio de la encarnación El tenía un cuerpo anímico, así como lo tenía Adán; por medio de la resurrección El tiene un cuerpo Espíritual. Su cuerpo anímico ha llegado a ser un cuerpo espiritual por medio de la resurrección. Ahora El es el Espíritu vivificante en resurrección, tiene un cuerpo espiritual, y está listo para ser recibido por Sus creyentes.

Cuando creemos en Cristo, EL entra en nuestro espíritu y somos unidos a El, quien es el Espíritu vivificante. Por tanto, llegamos a ser un espíritu con El (1Cor.6:17). Nuestro espíritu es vivificado y es resucitado con El. Finalmente, nuestro cuerpo anímico actual legará a ser un cuerpo espiritual en resurreción, igual que el Suyo. (1Cor.15:52-54, Fil. 3:21).

W.L.

El camino de la cruz. (perdiendo se gana).

George Bennard.

Si no se exprime la oliva,
aceite no habrá
si no se pisan las uvas,
vino no se obtendrá.
Si no se machaca el nardo,
su olor no saldrá;
¿rehuiré los sufrimientos
que Tu amor me proveerá?

Coro:
Con cada golpe
ganancia me das
en lugar de lo que quitas
a Ti mismo Tú me das.

¿Necesitas compungirme
para dar loor?
¿Para eso es necesario
el cruel trato de Tu amor?
Privación, Señor, no temo;
veo Tu corazón.
Plenamente yo me rindo
para conocer Tu amor.

Señor, siento hoy vergüenza,
mi ego protegí
aunque Tú me has podado,
Tu tratar yo resistí.
Tu deseo sea cumplido
obra Tú en mí;
sin mirar mis sentimientos,
haz lo que te plazca a Ti.

Aunque no estemos de acuerdo,
sea Tu voluntad;
si te place darme penas,
el ¨amén¨ te quiero dar.
Mi deseo es agradarte,
aunque sufra más;
por Tu complacencia y gloria
yo la cruz quiero llevar.

Aún con lágrimas te alabo,
esta es mi canción;
el crecer de Tu dulzura
hoy me trae inspiración.
Más preciado a mí te has hecho
todo eres, Señor.
Que Tú crezcas y yo mengüe
es mi anhelo y oración.

lunes, 6 de junio de 2011

Para pensar y disfrutar.

¨El misterio del universo es Dios, el misterio de Dios es Cristo, y el misterio de Cristo es la Iglesia¨.

miércoles, 1 de junio de 2011

Edificación progresiva.

En la eternidad pasada Dios, tenía un propósito el cual tenía que ver con una morada mutua entre Él y el hombre. A partir de este propósito, diseñó unos planos. Estos planos describían como seria Su casa, para luego ir revelando progresivamente su propósito de construirla.

Dios le mostro los planos y la maqueta del edificio a Moisés en el monte Sinaí. Luego se lo mostró en sueños a Jacob. Jacob conoció estos planos como Betel, o casa de Dios y luego de ver la visión derramó aceite sobre una piedra. (Según las sombras y señales del Antiguo Testamento, el aceite simboliza al Espíritu Santo y la piedra, a un ser humano transformado por Dios).

David quiso edificarle a Dios esta casa, pero Dios se lo negó prometiéndole, en su gracia, que vendría uno después de él que sería el escogido, el indicado para tal tarea. Salomón, el hijo de David, construyó el templo de Dios en Jerusalén, el cual sería la casa ¨provisoria¨ de Dios con el hombre, hasta que llegase el Ungido.

Por causa de los juicios de Dios hacia Israel, este templo fue destruido y varios hombres piadosos trataron de reedificarlo: Joás, Ciro, Esdras, Nehemías…

Con la venida de nuestro Señor Jesús, se dio a conocer la realidad de esta casa. El Señor les dijo a los judíos que destruyan el templo y que en tres días El lo iba a edificar. Pero ellos no sabían que en realidad les hablaba del templo de Su cuerpo. Jesucristo como el templo real de Dios, pasó tres años y medio con sus discípulos mostrándoles con su vida y sus virtudes, una maqueta viviente, una maqueta de la casa de Dios en carne y hueso.

Luego de la muerte y resurrección del Señor, el apóstol Pablo dijo que él era un perito arquitecto y que puso el fundamento para la construcción de esta casa, que tiene como su piedra angular a Cristo mismo y a nosotros como las piedras vivas.

Por último a Juan el apóstol, le fue revelado en señales, como sería la consumación de esta morada. Juan vio el acabado final, la obra terminada simbolizada por una ciudad de oro con piedras preciosas y su base conformada por doce diamantes diferentes. Es necesario hacer notar aquí que lo que vio Juan en el apocalipsis eran señales y que éstas no pueden ser interpretadas literalmente.

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El plan que Dios trazó, tiene que ver con su impartición de Sí mismo en el hombre. Así como Jacob puso aceite en la piedra cuando vio la casa de Dios en visiones, así mismo hoy en día la casa de Dios está siendo construida a partir de la impartición del Espíritu Santo en el ser humano.

Dios está en nuestro espíritu, forjándose cada día en nuestro ser, para construir desde allí, Su hogar en nuestros corazones. La Nueva Jerusalén o la ¨casa terminada¨ de Dios, ya es una realidad en nuestro espíritu, porque la Nueva Jerusalén es la mezcla de Dios y el hombre (aceite y piedra).

Cuando lleguemos a la unidad de la fe, a la estatura, conocimiento y plenitud del Señor, la edificación de esta casa habrá terminado.

Amen.

M.A.G.