viernes, 18 de noviembre de 2011

La conformación.

Cada vida tiene su propia forma. Por ejemplo, el perro tiene una forma y la gallina tiene otra. El crecimiento de cierta vida resulta en la forma plena y madura de esa vida.
Aunque ya somos hijos de Dios, aun no tenemos la forma plena y completa que Sus hijos deben tener; por lo tanto, necesitamos ser conformados a la imagen de Cristo por medio del crecimiento y la transformación. Finalmente seremos plenamente conformados a Su imagen y poseeremos Su forma plena, la cual proviene del poder y esencia de Su vida.

Un clavel, una gallina y un perro tienen formas de vida diferentes, cada uno según su propia esencia de vida. Un clavel tiene la forma del clavel, debido a la esencia de la vida del clavel. La esencia del clavel se desarrolla y adquiere la forma característica del clavel, mediante el poder de la vida que está en dicho clavel. !Gloria al Señor que nosotros tenemos Su esencia de vida y Su poder de vida dentro de nosotros¡ Este poder de vida nos está moldeando a la imagen del Hijo de Dios, y es por medio de este poder de vida que seremos plenamente conformados a la imagen de Cristo.

Hemos sido predestinados por Dios para ser conformados a la imagen de Cristo y un día seremos tal como El es, interior y exteriormente. En primer lugar, Cristo murió para resolver el problema objetivo que teníamos con Dios. En segundo lugar, nos regeneró con Su vida divina por medio del Espíritu vivificante. En tercer lugar, nos está santificando con Su naturaleza santa. En cuarto lugar, esta transformando nuestro viejo hombre en una persona nueva, es decir que nos está cambiando en vida y en naturaleza, tanto en forma interna como externa. Y en quinto lugar, El nos está conformando a Su misma imagen. !Que salvación tan maravillosa¡.

La vida que El ha depositado en nosotros, es una vida que crece, y a medida que crece, nos santifica y nos transforma. Al ser transformados, somos conformados a Su imagen interiormente. Fuera de nosotros, en nuestras circunstancias, hallamos sufrimientos, pero en nuestro interior; el Espíritu siempre está operando. Cuando oramos e invocamos Su nombre, le damos la oportunidad de conformarnos un poco más a Su imagen.

El Hijo primogénito de Dios es el prototipo y nosotros somos la producción en serie. Cristo es nuestro modelo, molde o patrón. Dios nos ha introducido en El a fin de moldearnos a la imagen de Su Hijo. Finalmente, todos seremos conformados a este molde.

Cristo, el Hijo primogénito de Dios es el molde. Todos hemos sido amasados y puestos en el molde, y ahora estamos siendo presionados por la mano de Dios. Por medio de las situaciones de nuestro medio ambiente y mediante la operación del Espíritu en nuestro interior, estamos siendo conformados a Su imagen.

Cuando este proceso se lleve a cabo, nuestro cuerpo será también conformado al cuerpo de la gloria del Señor (Fil.3:21). Este será el último gran paso de la conformación y para entonces seremos ya iguales a Él, tanto interior como exteriormente. Este paso culminara el propósito eterno de Dios. Seremos un hombre corporativo conformado a Su imagen para expresarlo, y tendremos Su autoridad plena para representarlo por la eternidad.

Tomado del libro de lecciones tomo 1, lección 18. Witness Lee.

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