viernes, 6 de mayo de 2011

El segundo Adán.

Ven, descansa, muere.
Hijo de mi amor.
Me dice con ternura
mi Abba, Padre Dios.

Adán con sus temores
¿te turba en el pensar?
Desecha toda duda,
en Mí puedes confiar.

Colgado en un madero,
murió el segundo Adán.
Y hoy resucitado,
en mí viviendo está.

!Un hombre esta sentado
en el trono de Jehová¡
Es Cristo el Hijo eterno.
El Dios-Hombre en majestad.

Me imparte cada día
Su esencia divinal
que en mi espíritu recibo
al Su nombre invocar.

Su Palabra, Espíritu y vida
de mi mente es Su respirar.
Y le espero tal cual Novia
conformándome en Su faz.

Como diligente arquitecto
construyendo el Hijo está,
en nosotros Su morada,
Su eternal ciudad.

Como miembros de Su cuerpo
la Iglesia hay que edificar
hasta que todos lleguemos
al Dios-Hombre expresar.

M.A.G.

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