domingo, 11 de diciembre de 2011

Bebiendo de El.

Al manantial que limpia fui.
Allí pude beber,
mi sed logre saciar
mi ser emblanquecer.

Si no soy mío,
¿de quien seré?
Si fui comprado,
¿que puedo hacer?

Abriendo mi ser a El
comprenderé:
Su esclavo soy
Su Hijo también.

Y meditando así
en Su fiel amor
daré confiado
mi vil corazón.

Y mientras espere
su rostro mirar
limpiaré mi alma
con Su manantial.

En Cristo: M.A.G.

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