Al manantial que limpia fui.
Allí pude beber,
mi sed logre saciar
mi ser emblanquecer.
Si no soy mío,
¿de quien seré?
Si fui comprado,
¿que puedo hacer?
Abriendo mi ser a El
comprenderé:
Su esclavo soy
Su Hijo también.
Y meditando así
en Su fiel amor
daré confiado
mi vil corazón.
Y mientras espere
su rostro mirar
limpiaré mi alma
con Su manantial.
En Cristo: M.A.G.