domingo, 31 de julio de 2011

Cautivo en Su belleza. (Experiencia de Cristo).

Timothy Dwight.

Mi Señor, cautivo en tu belleza,
abro a Ti todo mi corazón.
Libre de deberes religiosos,
sólo en Ti esté mi habitación.
Al mirar Tu gloria casi lloro.
Hoy me llena todo Tu esplendor.
Oh Señor, satúrame te imploro,
a mi espíritu únete Señor.


Deslumbrante, !qué claro está el cielo¡
Sentado en el trono un hombre está.
Santo Dios, me consuma Tu fuego,
hasta que en mi ser puedas brillar.
Cuando vi tu gloria esplendorosa,
en escoria mi todo se hundió.
Hoy, Señor, te alabo y te amo,
De Tu dulce nombre gusto yo.

Mi Señor, mi frasco de alabastro,
quiero derramar hoy sobre Ti;
y ungir Tu cabeza maestro,
lo mejor, Señor, es para Ti.
Mi Señor, desperdiciarme quiero,
sobre Ti y amarte hasta el fin.
Que mi corazón siga brotando
fino aceite de mi amor por Ti.

Ven sobre los montes de aromas,
mi Amado quiero ver tu faz;
bebe de la fuente de mi alma,
hasta que en Tus brazos pueda estar.
Solo no, Señor quiero adorarte.
Con los santos todos en unión;
Ven, Tu Novia quiere abrazarte,
y saciar, Señor, Tu corazón.

Para pensar y disfrutar.

¨Dios quiere tener un lugar santísimo en la tierra. Ya comenzó con nuestro espíritu¨.

Himno 41.

sábado, 23 de julio de 2011

El avance espiritual.

Todo creyente debe avanzar espiritualmente pero ¿Qué es avanzar espiritualmente? ¿Cómo podemos avanzar en la vida espiritual?

Según la Biblia y la experiencia de los santos, el avance espiritual es el aumento del elemento de Dios en nosotros. Si hemos tenido algún progreso en asuntos espirituales, entonces el elemento de Dios habrá aumentado en nosotros.

En el principio, cuando Dios creó al hombre, hizo de él un vaso. El propósito eterno de Dios era entrar en el hombre y mezclarse con él para llenarlo de Sí. El fracaso de Adán y Eva consistió en impedir que Dios llevara a cabo este propósito. Por el contrario, fueron apartados de Dios. ¿Qué significa ser apartados de Dios? Significa que el hombre no le da a Dios el debido lugar dentro de sí. ¿Qué quiere decir no darle el debido lugar a Dios? Significa que otras cosas han venido a ocupar el ser interior del hombre. Mientras haya alguna cosa, asunto o persona que tome posesión de uno, uno habrá perdido la presencia de Dios.

El avance espiritual consiste en ser despojados de ciertas cosas en nuestro ser interior. Tan pronto algo es quitado de nosotros, avanzamos espiritualmente. Cuando algo que usurpa el lugar de Dios es quitado de nosotros, progresamos espiritualmente.

El avance espiritual es el aumento del elemento de Dios en nosotros y también la eliminación de elementos nuestros que no son Dios. No debemos pensar que podemos tener algún avance espiritual simplemente asistiendo a reuniones u oyendo mensajes. El progreso espiritual no solo implica adición sino substracción.

El Señor le dijo a sus discípulos: ¨Todo aquel que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo¨. (Lc.14:33). Algunos renuncian a todas las cosas, sólo para volverlas a tomar poco después. Cuando el Señor Jesús habló de la necesidad de renunciar a todo, quiso decir que debíamos llevarlo a cabo por el Espíritu que mora en nosotros. Por consiguiente la obra de la cruz, solo puede ser ejecutada por el Espíritu Santo, y sólo entonces las cosas podrán ser eliminadas. ¿Cómo puede el Espíritu Santo efectuar la obra de la cruz? Mientras nuestro corazón este abierto al Señor, el Espíritu nos aplicará la cruz. En la cruz, el Señor ya efectuó la obra de despojarnos. En la actualidad, la realización de esta obra de despojar que lleva a cabo el Espíritu, se basa en el grado al cual nuestro corazón se vuelva a Dios.

Tomado del folleto: ¨El avance espiritual¨, de Watchman Nee. (Pags.1,4,5,8,9). Living Stream Ministry.

Aceite para las vasijas.

En la Biblia hay tanto lámparas como vasijas. ¿Qué significa preparar aceite en las vasijas? Proverbios 20:27 nos dice que el espíritu del hombre es lámpara del Señor. La lámpara representa el espíritu del hombre. Entonces, ¿qué representan las vasijas? Romanos 9:21 y 23-24 nos dicen que nosotros mismos somos los vasos de Dios, hechos para contener a Dios. Como vasos de Dios somos seres humanos con un alma. Nuestro espíritu es la lámpara y nuestra alma es el vaso o la vasija.

Antes que fuéramos salvos, nuestro espíritu estaba oscurecido y amortecido (Ef. 2:1,5).Carecíamos de toda sensación en relación con nuestro espíritu, y parecía que en nuestro ser no había tal espíritu. Cuando escuchamos el evangelio o cuando leímos la palabra del evangelio, algo resplandeció en nuestro interior y recibimos la luz. A medida que esta luz pudo penetrar en nuestro ser, nos arrepentimos e invocamos el nombre del Señor. De inmediato, algo en lo profundo de nuestro ser fue avivado, por lo que comenzó a arder y a resplandecer. Tuvimos la sensación de que en lo profundo de nuestro ser había algo viviente, ardiente y resplandeciente. Esto significa que el Espíritu de Dios había entrado a nuestro espíritu para iluminarnos y vivificarnos. (Jn.3:6).

Aún cuando nuestro espíritu fue avivado, me temo que nuestra mente no haya sido saturada por el Señor y que Él no haya impregnado plenamente nuestras emociones. Mucho me temo que en ciertos asuntos hayamos rechazado al Señor. Incluso algunos no están dispuestos a orar, debido a que temen que el Señor Jesús los atrape en cuanto a cierto asunto en particular que ellos alojan en su mente o en sus emociones. Tal vez durante algunos días algunas hermanas resistieron al Señor Jesús cuando Él intentó expandirse en sus emociones con respecto al amor que ellas sienten por ciertas cosas.

Todos los cristianos tienen sus lámparas encendidas, pero son muchos los que no tienen ni el deseo ni la intención de acumular aceite en sus vasijas. Ellos son salvos y tienen al Señor en su ser. Aunque tienen su lámpara encendida, tales creyentes no deberían sentirse en paz. Todavía tienen un problema, no tienen suficiente aceite. Ellos tienen aceite ardiendo en sus lámparas, pero no tienen la porción extra de aceite en todas las partes internas de su ser, esto es, en su mente, parte emotiva, voluntad y conciencia. Es maravilloso que tengamos aceite (el Espíritu) en nuestras lámparas (nuestro espíritu), pero todavía en algunos persiste un problema muy grave con respecto a sus almas. Tienen al Señor en su espíritu, pero no en su alma.

Tomado del libro: ¨El reino¨, de Witnes Lee. (Pag. 178,180, 181). Living Stream Ministry.